martes, 10 de marzo de 2009

Una carrera sin final



Dentro de apenas dos meses se me acabará el contrato de trabajo, y es algo que me angustia cada día más. Me he apuntado a dos bolsas de trabajo y también a unas oposiciones, aunque esto último ha sido casi más una formalidad, ya que veo muy difícil que pueda aprobar.

En una de esas bolsas de trabajo hay que pasar diferentes pruebas, casi todas eliminatorias. Lo cual implica que si suspendes el examen ya dejas de formar parte de la bolsa de trabajo y no te pueden llamar para trabajar. Nada del otro mundo. Se trata de algo que forma parte de esta sociedad cada día más competitiva y exigente. Es algo que hay que aceptar, no queda más remedio.

Desde que empezamos a estudiar, desde muy pequeños, se nos exige que estudiemos al máximo, que saquemos buenas notas, que seamos los mejores. Cuando acabemos los estudios básicos podemos optar por estudiar una carrera, o aprender un oficio. Pero hagas lo que hagas se te exigirá que des el máximo de ti, que te esfuerces y estudies. Estudiar para sacar las mejores notas, para ser el mejor estudiante, para poder entrar, por ejemplo, en una carrera con una nota de acceso exageradamente alta. Si quieres ser médico o ingeniero vas a tener que estudiar muy duro ya sólo para poder entrar en la facultad.

A partir de ahí todo parece una carrera de obstáculos, de exigencias que hay que superar, de oportunidades que no puedes dejar pasar. Eso te dicen, los profesores, los padres, los que "velan por tu bien". Y cuando acabas de estudiar, y empiezas a buscar empleo te encuentras con un mundo aún más competitivo, y donde el fracaso ya no es suspender, es estar sin trabajo. A partir de entonces vuelves a entrar en una rueda de competición. "Preparate las entrevistas, estudia idiomas, sácate el carnet de conducir, haz cursillos...etc. "Si no cumples con alguno de los requisitos, como no tener carnet de conducir, te preguntaran insistentemente a que esperas para sacartelo. ¿Acaso no sabes que tienes que estar bien preparado? Te estás jugando tu futuro, no te dejan de recordar.

Al fin y al cabo ya lo sabías, estas son las reglas del juego, más gente, menos trabajo, y más exigencias para conseguir un empleo. Si no te gusta esta sociedad competitiva, o si por el motivo que sea no eres capaz de seguir estudiando horas y horas, ya sabes lo que te espera. Si abandonas, si dejas pasar las oportunidades, si por el motivo que sea no puedes estudiar, quedarás excluído. Es el mundo en el que vivimos. Aunque a mí no me guste.

1 comentario:

Tarha dijo...

En toda sociedad hay una alternativa,un camino oculto a los ojos de aquellos que solo piensan en seguir las normas,pero claro para quienes saben que hay otros mundos,otras realidades.
Tarha