miércoles, 31 de diciembre de 2008
Miedo
lunes, 29 de diciembre de 2008
Secuelas
Me asombra la facilidad con que la gente se atreve a justificar de alguna manera el maltrato físico o psicológico a un niño. Para mí en ningún caso está justificado poner la mano encima a un niño. Ni una bofetada, ni un cachete, nada.
Los niños aunque sean muy pequeños son plenamente conscientes de lo que se les hace, de como se les trata, del tono de voz utilizado, de las palabras que se emplean. Aún así no entienden porque se les pega. No entienden que como muchos dicen es "para educarles, para que no lo vuelvan a hacer, para que aprenda a comportarse bien".
Antes de pegar a un niño estas personas deberían probar un poco de su propia medicina. Deberían pensarlo dos veces antes de golpear a un niño que no se puede defender. Lo justifican diciendo que hay que educar a ese niño, castigar su rebeldía. Mucha gente dice que más vale una bofetada a tiempo, que esa es la forma de corregir un mal comportamiento. No creo que esa sea la manera correcta de actuar. Los padres no deberían descargar su ira y mal humor, su incapacidad para educar, pegando a un niño. Deberían preguntarse si la mejor manera de educar es golpear, gritar, imponer su autoridad instaurando el miedo como norma.
martes, 23 de diciembre de 2008
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Para siempre
Para todos esas personas que se han ido antes de tiempo y que echamos de menos cada segundo. Nunca os olvidaremos.
sábado, 6 de diciembre de 2008
Salir corriendo
¿cuántas gotas tienes que dejar caer hasta ver la marea crecer?
miércoles, 6 de agosto de 2008
Heridas invisibles
Nadie se atreve a plantear que una enfermedad física es falsa. Si alguien tiene apendicitis o una pierna rota sería de una extrema crueldad negárselo. Exigirle las pruebas, los análisis, o querer ver sus heridas. ¿Por qué los trastornos psíquicos se niegan, se cuestionan?. O se ocultan por vergüenza a la crítica, al juicio de los demás. No sé si es peor negar la evidencia o tachar de loco a esa persona sólo porque tiene un problema que no entendemos, ni aceptamos. La enfermedad no desaparece por arte de magia, ante la incredulidad de los demás. Ponerse una venda y negar la realidad no hace desaparecer un problema.Explicas como te sientes y la gente sólo es capaz de decir que te animes, que le busques el lado positivo a las cosas, que no te pasa nada. Es cruel. Como si pegaras a un gatito sólo porque ha sido atropellado o malherido. De esta forma te sientes, como si estuvieras herida y sangraras internamente, y a pesar de ello los demás en lugar de curarte las heridas te hicieran aún más daño. Sólo porque no lo pueden ver.
Todo esto aumenta el sufrimiento, el malestar, sobre todo cuando la otra persona, alguien a quien quieres y de la que necesitas su apoyo y comprensión, se cierra en banda, no quiere escuchar. Aunque lleve años así no sé explicar lo que me ocurre como lo hace un psiquiatra o psicólogo. Ni siquiera los mismos profesionales tienen del todo claras las causas de estas enfermedades ni te dan todas las explicaciones que necesitarías. De hecho se desconoce mucho sobre el origen, la evolución, el tratamiento y la curación de estos trastornos.
Al final acabas optando por rendirte y dejar de dar explicaciones. Dices: “No te preocupes, no me ocurre nada. Aunque lleve años sintiéndome así, esto no es una depresión crónica. Se me pasara”. Si ellos lo creen tal vez yo me lo crea. Eso debería bastar.
viernes, 1 de agosto de 2008
Lagrimas en la lluvia
Caída
Qué ocurre cuando una persona pierde el interés por todo, por sus aficiones, por su trabajo, por todo lo que antes le hacía sentirse bien. Cuando no se tienen fuerzas para afrontar la vida. Cuando las lágrimas son con demasiada frecuencia nuestra única respuesta a cualquier pregunta o comentario de los demás. Simplemente todo se ha vuelto vacío y carente de sentido.
Sin saberlo has entrado en el mundo de la enfermedad, en la depresión. Has iniciado tu caída en la desesperación.
Los días se hacen insoportables, interminables y monótonos. Cualquier actividad que antes era una rutina ahora se convierte en algo difícil de afrontar. Algo que te supera y con lo que no puedes. Cualquier actividad te supone un gran esfuerzo.
Si alguna de las personas de tu entorno entienden y aceptan que lo que te ocurre es una enfermedad, y no te reprochan tu estado de animo, entonces serás una persona afortunada, porque no estarás sola. Ellos serán los que te ayudarán a ver una luz en la oscuridad en la que te encuentras.