viernes, 1 de agosto de 2008

Lagrimas en la lluvia




Me siento absolutamente perdida, vulnerable, y frágil, como una niña abandonada. Siento que todo me supera, que no lo puedo soportar. Debo tomar una serie de decisiones ante las que no puedo reaccionar. Sé que las dificultades con las que me estoy encontrando estas últimas semanas no son graves, incluso son cotidianas. Pero mi forma de afrontar la vida hace que me parezcan más terribles de lo que posiblemente son.


Recuerdo una frase de una canción: "No toda la gente puede soportar el peso de este mundo." Desde que la leí supe que formaba parte de ese grupo de gente, de los que no lo pueden soportar. De los que se hunden en la tristeza y se ven desbordados por las circunstancias. De los que desean huir ante la adversidad y se echan a llorar.


Hace semanas que mi ánimo va de mal en peor, que me supera la ansiedad y que sólo querría poder encerrarme en mi habitación, refugiarme en la cama y desaparecer. Llorar hasta agotarme , para que tal vez así, esa tristeza desaparezca. No quiero tener que tomar decisiones que puedan determinar mi vida e hundirme aún más si es que elijo la opción equivocada. Me siento entre la espada y la pared, porque sino hago nada, puede que el mundo también se derrumbe a mi alrededor.

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